Este masaje trasciende lo físico, interactuando con el mundo interior del receptor, sus emociones y actitudes mentales. Para aprovechar al máximo la terapia, es esencial adoptar una actitud receptiva y realizar una respiración sincronizada con el masaje, siguiendo las indicaciones del terapeuta. En el tantra, aprender a recibir, relajarse y sentir es clave.
Es importante subrayar que esta terapia no es un masaje de "final feliz". Los límites están claramente definidos, y el masaje tántrico no constituye una invitación al sexo. Tanto el rol del terapeuta como el del receptor están estrictamente delimitados, garantizando un entorno de respeto y profesionalidad.
El masaje tantrico es un masaje completo por todo el cuerpo, y es que no puede ser de ninguna otra forma porque nuestro cuerpo es un conjunto, no se puede dividir en partes, ya que estas partes están todas íntimamente relacionadas formando un todo, un conjunto armonioso. A su vez este cuerpo se controla por su energía.
Energía que fluye en los chakras que son puntos estratégicos de nuestra anatomía que tienen la función de regular a nuestro cuerpo y a nuestra mente. El bloqueo de un chakra implica algún problema o desarreglo en nuestro cuerpo o en nuestra mente, el masaje busca equilibrar estos chakras y desbloquearlos para que nuestra energia fluya por todo nuestro organismo con toda su potencia. Unos chakras equilibrados nos hacen sentir con mas energia, con mas optimismo, mas relajados, menos tensos, mas creativos.
Desbloqueando los chakras, desbloqueamos nuestra mente.
El masaje tiene la intención de conseguir este desbloqueo y un/a terapeuta experimentado intentará hacer fluir libremente esa energía por todo nuestro ser, haciéndonos sentir totalmente renovados.